Recortar el presupuesto en la educación no es condenar a quienes hoy estudian, a quienes forman a nuestras hijas e hijos, es hipotecar el futuro de la Argentina. Un país que no invierte en la formación superior, en la investigación, no solo traiciona el capital más importante que puede tener una nación, sino que hipoteca el futuro.
Por eso estuvimos presentes en las distintas movilizaciones que se hicieron en las ciudades del país.
¡En defensa de la Universidad y de la Educación Pública, que es un DERECHO, no un privilegio, siempre!